Convenciones
¿Cómo
sobrevivir al fin del mundo?
Ángel Mosquito y Federico
Reggiani presentaron su libro “Tristeza” en la tarde del sábado 8 de noviembre
frente a Crumb, tienda de historietas platense. Dieron consejos de supervivencia
para el fin del mundo, disfrazados como si estuviesen en él. Sirvieron guiso de
perro y recomendaron algunos tips para vencer al apocalipsis.
Por Nicolás Inchaurrondo
El sol caía, comenzaba a
oscurecer en la ciudad de La Plata y las calles se vaciaban. En frente de Crumb,
la gente frenaba a esperar el comienzo del evento. Los protagonistas presentaban su nueva obra, en compañía de Max
Aguirre, dibujante, que tocaba la guitarra junto a Rubén, un muchacho del
público que agarró el instrumento y resultó ser un virtuoso. Todos estaban
vestidos como si fuese el fin del mundo. En las paredes del lugar, se encontraban
colgados algunos esqueletos de vaca, la causante de la peste que terminaría con
el mundo.
Mosquito, sentado frente a
una mesa, tenía sobre su cabeza un pañuelo color blanco y negro, bajo una gorra
con la inscripción de Uruguay. Llevaba puesta una camiseta de Deportivo Morón y
un chaleco azul. Reggiani presentaba un gorro marrón que sobre su cabeza que
llegaba a cubrir sus orejas. Vestía, por su parte, la camiseta de Tigre. Max
Aguirre, con un estilo Keith Richards, tocaba la guitarra y poseía un lienzo
que le ataba los rulos. Tenía, por otra parte, lentes rotos. Exhibía la remera
de Peñarol de Uruguay. “Cuando sea el fin del mundo, todos andarán con camisetas de fútbol” señaló
Mosquito.
Delante de ellos, había un pequeño escritorio cubierto de diarios. En el frente, estaba su libro “Tristeza”, parado sobre un soporte para que todos lo vieran. Alrededor, estaba lleno de copas, algunas con vino o cerveza, otras vacías. A un costado, había un anafe amarillo, calentando el guiso de perro que se serviría finalizado el evento. Mosquito abrió la olla y una nube de vapor blanco salió de ella, cerró la tapa y dictaminó: “Cuando seamos treinta empezamos”.
A medida que avanzaban los minutos, una especie de valla humana alrededor de Crumb se hacía presente. Todos miraban a la mesa donde se presentaba el libro. Los autores hablaban con el público que se encontraba más cerca. Entre risas, salió la discusión de qué animal sobreviviríaal fin del mundo: las ratas o las cucarachas. Reggiani se adelantó a todos y explicó que las primeras necesitaban del hombre para vivir, pero las segundas vivían del sol. Por eso, se inclinó por los insectos y todos afirmaron, dando fin a la discusión.
Más distendidos, decidieron comenzar formalmente con el evento. La locutora salió del público, se puso enfrente de todos y dijo: “Bienvenidos a Crumb, esta es la presentación de Tristeza”. Pero los autores del libro terminaron con toda formalidad en el mismo momento que tuvieron el micrófono en sus manos. Entre carcajadas, Mosquito, Reggiani y algunos conocidos explicaron de qué trataba la historia en pocos minutos, en los que también se acusaron de no asistir al evento con disfraces, como habían acordado.
Explicaron que, en “Tristeza”, las vacas eran las que propagaban el virus. Afirmaron todos los uruguayos mueren, ya que era el país con el mayor número de vacas por habitantes del mundo. Para poder vivir, había que comer animales domésticos. “Hay muchos come gatos” dijo Mosquito. “Martín Insaurralde, entre otros” respondió Reggiani. Hablando de lo que estaban preparando Mosquito afirmó que “esto es guiso de dogo, que criamos desde chiquito”, y siguió revolviendo el contenido de la olla que se calentaba.
Aconsejaron a beber alcohol, ya que no vencía y con el tiempo mejoraba. “La gente estará vestida de trajes, tomará whisky Etiqueta Negra, consumirá miel y morirá” afirmó Mosquito. Además, reflexionó acerca del por qué en todas las películas o series del fin del mundo la gente se viste mal, cuando puede obtener lo que quiere. Por último consejo, de gran importancia, afirmaron que: “Conviene ser malo en el fin del mundo”.
Al finalizar, confirmaron que habrá una tercera entrega de “Tristeza” (el libro que presentaban, en ese momento, contenía las dos primeras). Cerca de las ocho de la noche, los autores terminaron de hablar y sirvieron guiso de perro al público. Max Aguirre y el joven del público siguieron tocando la guitarra mientras los autores entraron a Crumb a firmar libros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario