Ilustradores
Angel Mosquito: salirse del molde
Mariano Pogoriles, mejor conocido como Angel Mosquito, con voz ronca reconoce que debió pasar por varias carreras universitarias antes de darse cuenta de cuál era su profesión: las historietas. Fanático del Club Deportivo Morón y amante de los libros de ciencia ficción nos cuenta: “convertirme en historietista, estaba totalmente fuera de mis planes y de los de mi familia”.
Por Juan Manuel Fernández Boo
Mosquito es Técnico Agrónomo, pero desde 1996 comenzó a hacer fanzines y desde ahí, no paró de dibujar. De niño leía historietas como: Mafalda, Lucky Lucke y Nippur de Lagash (la favorita durante su adolescencia). Nunca imaginó que ello que era un hobby iba a ser su profesión años más tarde.
Actualmente en la sociedad circula la idea de que para ser “exitoso” y “contribuir al país” se debe tener un título univerisitario.“Me costó muchos años darme cuenta que podía hacer otra cosa”, remarcó el ilustrador.
¿Cómo empezaste con esto de la historieta ? Creo que convertirme en historietista estaba totalmente afuera de mis planes y de lo que mi familia, la escuela y la sociedad esperan que uno sea. Se espera que uno estudie una carrera en la universidad, use traje y trabaje mucho. Mi cabecita estaba moldeada para que haga eso y así contribuya en algo con la Nación. Me costó muchos años darme cuenta de que también podía hacer otra cosa. Salirme un poco afuera del molde. No fue fácil, no solo para afuera, si no mas bien para mi mismo. Aunque tengo un tío dibujante y mis viejos me mandaron desde siempre a talleres de arte, cerámica y mural, no era una actividad central en el imaginario de una familia de universitarios judiciales. En el último año del secundario convencí a mis viejos de que me pagaran un curso de dibujo de historieta, con Leonardo Manco. Estuve ahí un año y medio, después comencé a hacer un fanzine y fui un año y medio más a estudiar con Oswal, que fue el que me abrió la cabeza con respecto a la narrativa gráfica y empecé a pensar en que yo podía dedicarme solamente a hacer historietas y no me interesaba otra cosa. Igual intenté en esos años estudiar algo. Pasé por cine, animación, edición, bellas artes y diseño gráfico (porque "había" que estudiar). No hubo caso, no terminé ninguna carrera. Y me dediqué de lleno al dibujo, porque la ilustración parecía una salida laboral relativamente posible en aquellos años, segunda mitad de los años 90. Y hacia fines de 1996 empecé a hacer fanzines y desde ahí no paré de dibujar. Si bien muchos años después estudié Agronomía y la terminé, ahora me dedico 100% a la historieta y el dibujo, por suerte. ¿De chico eras de leer muchas historietas? ¿Cuál era tu favorita? Creo que leía historietas como cualquier otro chico, no demasiado. No tuve la clásica experiencia infantil de "estuve enfermo mucho tiempo y me regalaron una pila de historietas", si no que leía en forma más o menos regular y espaciada. Leía las del diario, las de Billiken y alguna que otra que me regalaban, como Mafalda, Lucky Lucke, Spirou y Asterix, y cuando iba terminando la primaria, empecé a leer Nippur de Lagash, que me fascinó. Fue a partir de ese momento que empecé a interesarme más. De aquella época mi favorita es Nippur. ¿Tu familia qué dijo cuando les contaste que querías ser dibujante de historietas? Me dijeron que hiciera lo que quisiera siempre y cuando estudiara algo. Después se fueron relajando con ese tema y decían que lo importante era saber hacer algo, podía ser una carrera o un oficio, pero algo tenia que saber hacer. Ellos me tuvieron paciencia y me bancaron siempre, al principio económicamente, aunque trabajo desde los 18 años, pero siempre me apoyaron animicamente incluso cuando no entendían bien lo que hacía. ¿ Dónde aprendiste a dibujar? Fui a algunos talleres cuando era chico, de dibujo, de mural y de grabado. A los 17 empecé un curso con Leonardo Manco y después estudié narrativa con Oswal. Eso me dio una base. después me pasé unos 3 o 4 años practicando e intentando hacer ilustraciones, y empezando a publicar algunas cositas, hasta que me asocie con unos amigos dibujantes con los que formabamos un sello editorial (La Productora) y formamos un estudio de diseño e ilustración. Aprendí estando 8 a 10 horas sentado dibujando lo que hubiera que dibujar. Así que calculo que me tomó entre 10 y 12 años aprender. Algo de formación pero muchísima práctica. No tengo un talento natural, soy de los tienen que trabajar mucho. ¿Se puede vivir bien de la historieta ? Depende de lo que se considere “vivir bien". Creo que con algo de suerte y muchísima determinación, se puede ganar plata suficiente como para subsistir con dignidad, y mezclandolo con otros trabajos que puede hacer un dibujante, como la ilustración, la publicidad o el storyboard. Algunos tienen mas suerte o mas talento o mejores contactos o lo que sea, y pueden vivir muy bien. En mi caso personal, después de muchos años y porque soy muy cabeza dura logré vivir solamente de dibujar y voy llevando bien mi paso por la civilización occidental capitalista. ¿Cuál consideras que es tu mejor historieta? No sabría decirte cual es la mejor que hice hasta ahora, porque cada una es diferente y me plantea un desafío y un placer distintos. Creo que me gusta mucho lo que voy logrando con "Conurbania" que es una tira que sale los domingos en el suplemento de cultura del diario Tiempo Argentino. Después de 4 años de hacer esa tira, y con la premisa inicial de hacerle burla al mundo de "la cultura", creo que le tomé la mano, me aleje de esa premisa original y creo que los personajes andan mejor. Me divierten las situaciones teatrales y de aventuras que tiene. Disfruto mucho haciéndola y siento mucha libertad para ir hacia donde quiera. Mosquito fue uno de los cincuenta dibujantes que le rindieron homenaje a Quino reinterpretando a Mafalda en la comicópolis de éste año.¿Cómo fue esa experiencia? La verdad, estuve muy agradecido por ser parte de esa muestra y estar en tantos grosos. Lo que hice fue imaginarme una Mafalda adulta. Y supongo que si se mantuviera fiel a su espíritu, seria una joven que anda en moto por la ruta.
El pasado 8 de noviembre Mosquito junto a su compañero Federico Reggiani presentaron su libro “Tristeza” en Crumb. Él cuenta cómo fue trabajar con Fede y realizar ésta historieta del fin del mundo. Trabajar con Fede es siempre algo bueno. En general el mecanismo es que yo le llevo un tema o una idea más o menos armada, casi siempre es más menos que más. Charlamos mucho durante mucho tiempo, meses. Y vamos definiendo la historia. Le agrega un montón a la historia, la enriquece muchísimo y termina dándole la forma definitiva Fue una linda experiencia desde la concepción, porque yo quería hacer una historieta del fin del mundo, imaginándome lo que haría si me toca pasar por eso estando en mi casa. Cuando tuve mas o menos la idea básica, hablé con Federico Reggiani, que agregó una buena parte de la historia, por ejemplo, toda la segunda parte es exclusivamente suya. Charlamos mucho lo que iba a pasar en cada capitulo en la lucha constante que tenemos: él quiere que dibuje paginas enteras de algo así como chicos mirando un grillo en el pasto, y yo quiero que en algún momento los chicos pisen al grillo y se agarren a trompadas. Entre los dos nos complementamos muy bien. Conseguimos que Tristeza sea publicada por capítulos en Fierro así que también decidimos que cada capitulo tenga una entidad propia, así si un lector se perdía un capitulo, igual podía leer y disfrutar del episodio que estuviera leyendo. Así que cuando teníamos todo mas o menos armado, Fede se dedicó a escribir los guiones, me los mandaba y yo dibujaba.
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Historietistas
Un
apasionado del arte
Robin Wood es un guionista
de historietas paraguayo, nacido el 24 de enero de 1944. Es reconocido
mundialmente por tiras cómicas como “Nippur de Lagash”, realizadas para la
editorial argentina “Columba”. En este encuentro exclusivo en el bar “Piacere”
(calle 50 entre 4 y 5, La Plata) con los periodistas de HistorietArte, el
escritor, de larga trayectoria en este rubro, cuenta detalles imperdibles
acerca de su profesión. Además, da un panorama sobre su filosofía a la hora de
llevar a cabo su pasión: escribir guiones y realizar historietas junto a los
dibujantes.
Por Lucas Pol
Sentado en una de las mesas
del restaurante, Robin Wood, el hombre que comenzó a comer todos los días a
partir de su primer sueldo, después de haber tenido una juventud y una
adolescencia de vagabundaje y pobreza, habló con seguridad y confianza. A
través de sus gesticulaciones y sus miradas tan particulares y graciosas, se
mostró como una persona muy simpática, que valora cada uno de los momentos de
su vida. Relajado y siempre con una sonrisa en su rostro, respondió cada una de
las preguntas:
- ¿Cuándo te diste cuenta de que serías un guionista?
- No hay un momento específico. Yo creo que, en la vida, nadie planea un futuro. Yo pienso sólo en el mañana. Uno va viviendo, y a medida que lo hace, una cosa se encadena con otra. El camino que se piensa seguir haciendo toda la vida va cambiando constantemente. Yo soy adepto a esta manera de vivir. Creo que todo lo que planificás, no sale como vos realmente querés. La vida es un conjunto de errores, de los cuales se aprende. Yo permito que los errores vengan a mí, para seguir sumando experiencia.
- ¿Quién o quiénes te sirvieron como inspiración para llevar adelante los trabajos de toda tu vida?
- Para mí, la inspiración es algo que sale de un pozo muy profundo, desconocido por todos nosotros. Yo leía a Oesterheld y a Wright Collins. Me encantaban estos autores, pero nunca pensé en escribir como ellos. Yo sólo analizaba cómo manejaban las ideas y la humanidad de los personajes. También leía poesía. Me gusta mucho su ritmo y, gracias a ella, logré enriquecer mis relatos. Se trata de ir incorporando recursos literarios que me ayudan a escribir mejor.
- ¿Cuál es la importancia de los dibujantes en las historietas?
- En este trabajo, uno está jugando constantemente con varios aspectos. Tenemos que manejar bien la literatura, y combinar con el arte de los artistas gráficos. Para realizar una historieta, son sumamente importantes tanto los dibujantes como los guionistas. Ambos deben trabajar a la par, conjuntamente, para lograr el objetivo planteado. Por ese motivo, yo selecciono siempre a mis propios ilustradores. Les hago dibujar lo que más les gusta para que, tanto ellos como yo, disfrutemos de lo que hacemos. Necesito que los dibujantes se sientan cómodos para que tengan un buen desempeño.
- A lo largo de tu vida, has cambiado tu forma de elaborar cómics. En primer lugar, realizabas grandes descripciones en los diálogos. Años más tarde, comenzaste a hacer hincapié en las ilustraciones, las cuales tomaron mucha más relevancia. ¿Cómo fue, para vos, esa modificación?
- Para mí, fue una especie de progreso en el trabajo. Si en la historieta puede verse la apertura de una puerta, no hace falta aclararlo con palabras. Todo está dicho a través de la imagen. Son cosas que uno va aprendiendo con la experiencia. Los escritores, con el tiempo, se dan cuenta de que hay diferentes técnicas y opciones a la hora de realizar cada una de las obras literarias. A partir del reconocimiento de esta cuestión, se puede empezar a mejorar.
-
¿Por
qué nunca realizaste cómics sobre los denominados “Superhéroes”?
- Me gustan mucho los seres humanos, esos que se arriesgan. Un superhéroe nunca arriesga mucho. Para mí, el ser humano es una criatura fresca, abominable, grandiosa, heroica, repugnante, y me encanta que sea así. Todo lo que sale del hombre es interesante. No tengo nada en contra de las personas fanáticas de los superhéroes que tanto triunfaron en Estados Unidos, pero suelo hacer guiones sobre héroes humanos porque, además de arriesgar sus vidas, sufren, lloran y sienten al igual que cualquier persona común y corriente. El lado grotesco es el más divertido del hombre.
- ¿Existen personajes que aún no han nacido, proyectos que están en pleno proceso?
- Hay algunos que están en mi mente. Sin embargo, como consecuencia del poco tiempo que tengo a mi disposición, no puedo llevarlos a cabo. Es importante aclarar que yo no pienso a la hora de escribir. No planeo nada, sino todo lo contrario. Me siento y comienzo con la obra. Una vez que hice la primera parte, el resto sale solo. A medida que voy escribiendo, mi cerebro va tomando y rechazando cosas para definir, de manera concreta, lo que estoy haciendo en ese momento.
- ¿Qué significa este trabajo para vos?
Yo comencé a trabajar cuando vendí mis primeros guiones a la editorial Columba. Me gusta escribir. Me apasiona, me deleita, me conmueve y me hace reír (sobre todo, cuando escribo algún disparate). Vivo con la historieta, el relato, la lectura y la música. Lo realmente importante es disfrutar y valorar cada una de las cosas que uno hace a lo largo de su vida.
- Me gustan mucho los seres humanos, esos que se arriesgan. Un superhéroe nunca arriesga mucho. Para mí, el ser humano es una criatura fresca, abominable, grandiosa, heroica, repugnante, y me encanta que sea así. Todo lo que sale del hombre es interesante. No tengo nada en contra de las personas fanáticas de los superhéroes que tanto triunfaron en Estados Unidos, pero suelo hacer guiones sobre héroes humanos porque, además de arriesgar sus vidas, sufren, lloran y sienten al igual que cualquier persona común y corriente. El lado grotesco es el más divertido del hombre.
- ¿Existen personajes que aún no han nacido, proyectos que están en pleno proceso?
- Hay algunos que están en mi mente. Sin embargo, como consecuencia del poco tiempo que tengo a mi disposición, no puedo llevarlos a cabo. Es importante aclarar que yo no pienso a la hora de escribir. No planeo nada, sino todo lo contrario. Me siento y comienzo con la obra. Una vez que hice la primera parte, el resto sale solo. A medida que voy escribiendo, mi cerebro va tomando y rechazando cosas para definir, de manera concreta, lo que estoy haciendo en ese momento.
- ¿Qué significa este trabajo para vos?
Yo comencé a trabajar cuando vendí mis primeros guiones a la editorial Columba. Me gusta escribir. Me apasiona, me deleita, me conmueve y me hace reír (sobre todo, cuando escribo algún disparate). Vivo con la historieta, el relato, la lectura y la música. Lo realmente importante es disfrutar y valorar cada una de las cosas que uno hace a lo largo de su vida.
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Ramiro Gerez Murguia: un anti héroe
Ramiro Gerez Murguia es un joven dibujante que presentó, por primera vez, sus historietas en Comicópolis. Para su sorpresa, le fue mejor de lo que esperaba. Él es estudiante de Artes Visuales, pero a partir del éxito que logró, las historietas son una opción para su vida.
Se encuentra sentado frente a un stand y lleva una sonrisa en su rostro, se lo nota feliz. Nos acercamos a él y le preguntamos por los cómics que estaban sobre la mesa. En este sentido, nos confirma que son suyos. Está presentando dos historietas: “Mosquito mutante” y “Encuentros cercanos del tercer zombie”. Su sonrisa y actitud positiva nos invitan a charlar:
- ¿Hace cuánto tiempo que hacés historietas?
- La verdad es que comencé este año. Antes dibujaba como hobby, pero conseguí un contacto de casualidad en Facebook, que me dio una oportunidad y aproveché. Empecé a hacer historietas y la verdad es que me encanta.
- ¿Cómo surgieron los personajes y las historias?
- Me gusta hacer cosas originales. Los protagonistas de mis historietas son tipos comunes que se meten en situaciones complicadas, y de vez en cuando, hacen algo para salvar a los demás. Son personas normales que tienen miedo, no son héroes de acción. Trato de romper con el personaje heroico.
- ¿Cuál fue tu primera historieta?
- Primero, largué el primer tomo de “Encuentros cercanos del tercer zombie”. Y como vi que tuvo éxito, saqué el segundo y así continúe. Es una historia con extraterrestres y zombies. Ambos son temas que me gustaron desde la infancia, y los mezclé en una comedia. Los protagonistas no se preocupan de lo sucedido y se quedan jugando videojuegos o charlando, contradiciendo la típica historia de la pelea contra los zombies. Trato de no hacer lo mismo de siempre.
- ¿Qué otros trabajos tenés?
- “Mosquito Mutante”. Es una historia un poco más seria, por así decirlo. Tiene cosas cómicas, pero es más de acción. Los personajes son picados por un mosquito mutante y tienen que ir a una ciudad lejana a buscar una cura, porque, en caso contrario, morirán. En esa búsqueda, descubren que hay una conspiración que trata de evitar que lleguen a ese lugar. Es un tema misterioso que se va revelando de a poco.
- ¿Haces algo más además de hacer historietas?
- Estoy estudiando para ser profesor de Artes Visuales, pero no sé qué haré en un futuro.
- ¿Creés qué se puede vivir de esto?
- Por cómo me fue en la feria, lo veo como una salida laboral más. Ayer y hoy, se acercó un montón de gente y me fue muy bien. Me quedé sin material. Estoy realmente feliz.
Para conocer más sobre el trabajo de Ramiro o contactarse con él:
http://ramirogm.deviantart.com/
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Ilustradores
Ilustra desde hace años, y con pasión y firmeza y mucha tinta nos comentó como se vive de la historieta en Argentina. Sus inicios, la competencia, sus proyectos, y el éxito de su stand en Comicópolis, en esta entrevista:
Víctor Pozzi: tinta sobre papel
Ilustra desde hace años, y con pasión y firmeza y mucha tinta nos comentó como se vive de la historieta en Argentina. Sus inicios, la competencia, sus proyectos, y el éxito de su stand en Comicópolis, en esta entrevista:
Por Nicolás Zalazar
El hombre dibujaba, concentrado. Se lo veía feliz, pero no debía demostrarlo mucho porque tal vez perdía la concentración. Observó el papel, agregó un trazo de lápiz, mojó la pluma en la tinta china y volvió a empezar. Así hacía su trabajo Víctor Pozzi, delante de todos los curiosos que se acercaban a su stand de “Comicópolis” para saber cómo se realiza un trabajo que el lector luego aprecia con globos de diálogo y viñetas terminadas. Pero ahí estaba la producción en crudo, el comienzo de lo que pronto se transformaría en historieta, y en pasión de muchos.
Nos acercamos a él, y le preguntamos si los dibujos sobre las hojas que se ven expuestas en la mesa del stand son suyos. Nos respondió que sí, con orgullo, y con un dejo de buena onda que nos marcó el pie para poder hacerle un par de preguntas más:
- - ¿Cuánto hace que ilustrás? ¿Se puede vivir de la ilustración en Argentina?
- Es difícil vivir de esto, hay mucha competencia. Dibujar me gustó siempre. Al principio, se me complicaba por estudio y trabajo, pero un día volví a agarrar el dibujo más seriamente. Me fui soltando, y acá estoy. Ahora intercambio trabajos con un editor en Estados Unidos, y con dos guionistas americanos que me mandan su guión en inglés y yo en el medio hago esto.
Parecía que ya entrábamos un poco en confianza, sabíamos un poco más de Víctor, y luego de habernos contado acerca de una historia de detectives en la que está trabajando, y cuya trama sonaba atrapante, nos comentó acerca de los detalles en su obra:
- Puede verse que te detenés mucho en los detalles. ¿Cuánto del trabajo que hacés se reduce en el cómic?
- A veces, en la hoja grande, hago muchos detalles que cuando los reducen al tamaño de la revista no se aprecian del todo. Imaginate que esto, primero, se reduce a una hoja A4, en la que todo lo que dibujás no entra. Pero a mí me gusta hacerlo así, me copo dibujando y, por más que no aparezcan todos los detalles, me encanta hacerlos. La idea es que haya un fondo, un clima, una narración. Por ejemplo, si dibujo un hospital, es importante que haya una zona de emergencias, enfermeros, entradas a las salas, que pueda apreciarse un escenario y el lector sienta que está en frente de lo que está viendo en el cómic.
- ¿Cuánto tardas en armar algo así?
- ¿Éstas? (señala las imágenes de la historieta de detectives). Me obligo a hacer una por semana, y en el medio hago otras ilustraciones, hago otras cosas. Pero normalmente diseño la página, planteo en lápiz y el fin de semana le paso tinta. Menos de eso no porque si no, no terminas nunca. Pensá que esta historia es de 28 páginas, y recién voy por la 13.
- Luego de contestarnos, aparecieron otros dos entrevistadores, que buscaban algo más específico. Preguntaron por el precio de las ilustraciones sueltas que Víctor vendía en el stand. Tenía hojas con dibujos grandes, y otras con algunos más pequeños. Los dos chicos compraron las obras. Uno se llevó al clásico personaje de DC Cómics “Flash”, y esto nos detuvo a pensar en cómo se lidia con una competencia que posee tantos clásicos en el mercado.
- ¿Cómo llegaste al mundo de la historieta, profesionalmente hablando? ¿Tenés proyectos que hayan quedado sin concretar?
- Entré en una página que buscaba trabajos gratis, y así me enganché con un guionista. Hace como tres años que laburo con él. Hice otras historias: tengo una en base al poema “La Cautiva” de Echeverría, una historia de Gángsters, otra de una botánica espacial. Hay mucha competencia en esto, y de pronto está el que le gusta el estilo americano, el japonés, el estilo negro. Tenés que enganchar justo un público al que le guste lo que vos hacés. Por eso, es importante ser versátil. Si dibujás sólo monstruos o superhéroes, es muy difícil que puedas vivir sólo de esto.
- Muchas gracias por tu tiempo Víctor, y por la buena onda.
- Cuando quieran, todo lo que ayude a la difusión, trato siempre de colaborar.
Para conocer un poco más sobre Víctor, ver sus otros trabajos, o contactarte con él:
contactoguardianes@yahoo.com.ar
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